December 5, 2024

De acuerdo a OPS (Organización Americana de la Salud), Se estima que 62 millones de personas en las Américas viven con Diabetes Mellitus (DM) tipo 2. Este número se ha triplicado en la Región desde 1980 y se estima que alcanzará la marca de 109 millones para 2040, según el Diabetes Atlas (novena edición). La prevalencia ha aumentado más rápidamente en los países de ingresos bajos y medios que en los países de ingresos altos.

Ante este escenario y la dificultad de vivir con diabetes, los fabricantes de dispositivos médicos han desarrollado formas innovadoras de controlar mejor los niveles de glucosa en sangre y dispersar la insulina. Los sistemas de monitoreo continuo de glucosa (CGM) brindan lecturas de glucosa en tiempo real mediante un sensor insertado justo debajo de la piel, un transmisor y un pequeño receptor. Las bombas de insulina inteligentes actuales se integran con los sistemas CGM para predecir y administrar la cantidad correcta de insulina automáticamente.

Pero los notables avances logrados por estas tecnologías de monitoreo y administración de insulina, como es el caso de la tecnología utilizada en otros dispositivos médicos conectados (IoMT), como los marcapasos, también aumentan la superficie de amenaza de estos dispositivos.

Los desafíos de seguridad que enfrentan los fabricantes de dispositivos

Para que los sistemas CGM y las bombas de insulina funcionen juntos, no solo deben poder confiar en los datos que se les transmiten. También necesitan la capacidad de confiar en las identidades de los dispositivos que acceden a los datos. Deben existir medidas de autenticación adecuadas, junto con un medio para evitar la clonación de dispositivos.

Los fabricantes de IoT son muy conscientes de los riesgos de seguridad que podrían plantear sus dispositivos, por ejemplo una innovación reciente en CGM: el sistema de insulina de circuito cerrado. Este sistema conecta el CGM y la bomba de insulina del usuario, lo que permite que la bomba detecte y corrija de forma autónoma los niveles de azúcar en sangre. Muchas de estas tecnologías también tienen sus correspondientes aplicaciones para teléfonos inteligentes y relojes inteligentes que permiten a los pacientes comprobar sus niveles de glucosa en tiempo real.

Sin embargo, hay varios puntos en los que un actor de amenazas podría infiltrarse en el sistema e interrumpir estas acciones afinadas. Como resultado, la confianza digital se ha convertido en una necesidad para los fabricantes de dispositivos. Saben que necesitan implementar controles de seguridad avanzados para garantizar que las personas que usan sus dispositivos no tengan que preocuparse por comprometer ninguna parte del ecosistema de entrega: sistema, dispositivo o datos.

Infundir confianza digital en las tecnologías de IoT

Los diabéticos deben poder confiar en sus sistemas de administración de insulina y MCG. No vale la pena utilizar ningún dispositivo conectado si introduce riesgos innecesarios, independientemente de los beneficios del dispositivo. Ningún pinchazo en el dedo es más doloroso que la incapacidad de confiar en la precisión de los niveles de glucosa o en la seguridad de una bomba de insulina.

“En DigiCert, trabajamos estrechamente con los fabricantes de IoT para gestionar la confianza en los dispositivos y proteger todo su ecosistema digital. En el mundo de la diabetes, eso significa establecer una identidad confiable con millones de MCG e integrarse con numerosos fabricantes de bombas “, dijo Mike Nelson, vicepresidente de Digital Trust de DigiCert.

Los usuarios finales dependen de los fabricantes para garantizar que los controles de autenticidad e identidad cumplan con las directrices regulatorias emergentes y frustren la falsificación y la manipulación.”Lo último que debe preocupar a los diabéticos es la seguridad del dispositivo, esa no debería ser tarea del paciente”, concluyó Mike Nelson.

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