Uno de los fantasmas en torno a la cirugía bariátrica y metabólica es volver a subir de peso luego de haber logrado un descenso significativo, algo que podría ser interpretado como “fracaso del tratamiento”. Sin embargo, los Especialistas explican que se trata de una situación que puede experimentar hasta un 30% de los pacientes operados pero que es posible prevenirla y revertirla.
La obesidad es una enermedad crónica y las recidivas son esperables, como en cualquier otra enfermedad crónica. “La primera causa de reganancia es el abandono del seguimiento con el equipo médico multidisciplinario, por eso lo importante es sostener los controles a largo plazo”, enfatizó la doctora Susana Gutt, médica especialista en nutrición, quien disertó sobre esta temática durante el IV Congreso SACO que tuvo lugar hasta sábado último de manera virtual.
Según aclaró la experta, la obesidad es una enfermedad crónica inflamatoria, compleja y recidivante, que no se resuelve solo con la cirugía bariátrica, sino que “la cirugía modifica la biología y le da al paciente la posibilidad del descenso de peso para que después, con otras herramientas (nutricionales, psicológicas, clínicas), lo pueda sostener en el tiempo”.
En la misma línea, la licenciada en Nutrición Mariana Prieto remarcó que si bien la cirugía es un tratamiento muy eficaz para la pérdida de peso, para lograr cambiar los hábitos de alimentacion y actividad física, es esencial el apoyo y seguimiento del equipo en las consultas postcirugía.
“Tras el procedimiento quirúrgico, muchos pacientes atraviesan la ‘luna de miel’, están muy motivados con la pérdida de peso y vienen a los controles con ganas. Pero el mantenimiento es una fase activa del tratamiento y para sostener los cambios logrados es esencial que mantengan el tratamiento.
En concordancia con Gutt, Prieto hizo hincapié en la importancia de que el paciente con obesidad que se realiza una cirugía bariátrica comprenda que la obesidad es una enfermedad crónica que no se cura con la cirugía y que, al igual que ocurre con otras enfermedades crónicas, debe tener la constancia de continuar con los controles aún después de haber logrado el descenso de peso, incorporar los cambios en la alimentación y el movimiento a un nuevo estilo de vida, estar “atento” y pesarse con regularidad.
¿QUÉ ES LA REGANANCIA?
Si bien no existe un consenso sobre la definición de reganancia de peso post cirugía bariátrica, Gutt precisó que -en general- se considera como reganancia cuando el paciente recuperó más de un 25% del exceso de peso perdido.
Ante esta situación, es importante que el equipo tratante haga una evaluación para determinar las causas y encauzar el tratamiento.
Según subrayó Gutt, una de esas alternativas es la farmacoterapia. Y, respecto del criterio a seguir, enfatizó que “la indicación del medicamento para la obesidad no debe estar determinada por la reganancia sino por la situación del paciente”. Es decir, que “se pueden prescribir fármacos cuando el paciente presenta obesidad, sin importar si ya se operó”, sugirió la médica.
“El medicamento está indicado en personas con obesidad, o sobrepeso con comorbilidades (diabetes, hipertensión, etc). Por supuesto, ningún fármaco actúa sin cambios del estilo de vida. Pero frente a este diagnóstico, debemos considerar usar medicamentos”, insistió Gutt, quien detalló que en la actualidad existen en el país tres alternativas farmacológicas y que la más adecuada se elegirá en función de cada paciente.
MIRADA NUTRICIONAL
En cuanto a las herramientas disponibles desde el punto de vista nutricional para abordar la reganancia de peso o prevenirla, Prieto mencionó el uso de cuestionarios de comportamiento alimentario “que nos permiten identificar cuáles son las causas: picoteo, exceso de determinado tipo de alimento (dulces, carbograsas, etc), consumo excesivo de alcohol, etc.”
“Podemos aplicar los cuestionarios tanto para identificar las causas como para el seguimiento, ya que con las intervenciones vamos a observar cómo van mejorando”, agregó la nutricionista.
También mencionó que un reciente estudio ha demostrado la utilidad del “semáforo de la alimentación”, que marca con color verde, amarillo y rojo los grupos de alimentos que pueden comerse en mayor medida, los de consumo moderado y aquellos que hay que limitar. “Se trata de una manera visual de que el paciente tenga presente cómo guiar su alimentación”, explicó.
Asimismo, Prieto se refirió a la utilización de las consultas virtuales -que se instalaron en el contexto de la pandemia de covid-19- como otra alternativa de utilidad para mantener el seguimiento a lo largo del tiempo, al igual que aplicaciones para llevar registros de peso, alimentarios, o de consumo calórico.
¿CUÁNDO VOLVER A OPERAR?
Otro de los disertantes en el IV Congreso SACO fue el doctor Ricardo Vitor Cohen, director del Centro para la Obesidad y la Diabetes del Hospital Alemán Oswaldo Cruz, en San Pablo, Brasil, quien se refirió a la indicación de cirugía bariátrica revisional, es decir la posibilidad de volver a operar a un paciente que ha reganado peso tras la cirugía bariátrica.
Al respecto, Cohen hizo hincapié en que la clave para lograr el éxito a largo plazo será escoger la mejor técnica quirúrgica al momento de la operación primaria, de acuerdo a las particularidades de cada paciente. “Las personas con obesidad tienen que ser evaluadas para saber que una opción quirúrgica va a lograr éxito a largo plazo, esa es la cuestión”, remarcó, el especialista, quien señaló que las diferentes técnicas (manga gástrica, bypass gástrico y operaciones disabsortivas) tienen distinto “potencial” de éxito en el tratamiento.
“La obesidad es una enfermedad crónica y progresiva, por lo que cuando hay reganancia no es la cirugía la que falla. Si, a largo plazo, la obesidad vence a la operación la primera opción sin dudas debe ser el manejo clínico -con las nuevas drogas y una orientación multidisciplinaria- pues no hay aún consenso de que la reganancia de peso tenga indicación quirúrgica”, comentó.
En esa línea, remarcó que la cirugía revisional sólo está reservada para circunstancias muy específicas, que requieren de mucho criterio del equipo para indicarla. “Si bien hay oportunidad de cambiar la técnica quirúrgica de una menos potente a una más potente, todavía son necesarios muchos resultados con evidencia científica que avalen tales decisiones”, finalizó.
ACOMPAÑAMIENTO PSICÓLOGICO
Por su parte, la psicóloga Marcela Casabella puso de manifiesto que el seguimiento psicológico del paciente constituye otro de los pilares para prevenir o identificar las causas que han llevado a la reganancia de peso tras la cirugía bariátrica.
El abordaje psicológico funcionará como predictor de aquellos casos de baja adherencia al tratamiento y de posibilidad de reganancia de peso a futuro. “Un muy buen trabajo de apoyo terapéutico es preventivo”, aseguró Casabella, quien destacó el rol preponderante que juegan las emociones en la obesidad. “Luego de la cirugía es importante continuar trabajando sobre esa estructura emocional, que muchas veces es el soporte del sobrepeso, y que no será modificada por el procedimiento quirúrgico”, reiteró por último la especialista.