La Federación de Centros y Entidades Gremiales de Acopiadores de Cereales celebró sus 75 años en el marco de su tradicional brindis de fin de año. La entidad fue creada en 1946 por un grupo de dirigentes de 13 centros de acopiadores del interior que vieron la necesidad de contar con una entidad de 2º grado que los representara a nivel nacional. En ese año se restablecía la democracia en el país y se comenzaban a adoptar políticas tendientes a centralizar en el Estado el comercio exterior y el sector financiero, y cobraban importancia las negociaciones de los convenios colectivos por gremios. Durante estos 75 años, se vivieron situaciones muy cambiantes desde el punto de vista político, económico e institucional, “las instituciones que podemos contar esta historia hemos sobrevivido a tan extraordinaria volatilidad porque somos un eslabón de capital importancia en la formación de valor de los granos argentinos, con empresas de reconocida voluntad y capacidad de adaptación a los más diversos escenarios”, dijo Fernando Rivara, presidente de la Federación de Acopiadores, durante su discurso.
“Argentina viene convulsionada desde hace varios años. Tenemos un estado sobredimensionado e ineficaz. Un Poder Ejecutivo que no presenta planes consistentes de estabilización y desarrollo, conviviendo con una elevada inflación a la que pretende controlar con alquimias retrógradas. Un poder legislativo costoso y con resultados muy pobres. Hasta ahora no pudimos sancionar ni la ley de semillas ni de uso de fitosanitarios. Un poder judicial lento, temeroso, supeditado a la política y descalificado por gran parte de la sociedad. Esta realidad también se refleja en las jurisdicciones provinciales y municipales”, enumeró Rivara desde el Salón de Operaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, donde se realizó el encuentro.
En varios pasajes del discurso, el titular de la Federación arengó: “más trabajo y menos relato”. “Es necesario crecer, estimular inversiones, bajar los impuestos laborales y a la producción, defender a los creadores de fuentes de trabajo en vez de expulsarlos al exterior. Afirmar hoy -como dijo el secretario de comercio- que si no hay una política de desacople no es posible sostener precios es demostrar una supina ignorancia porque los precios ya están desacoplados. Por otro lado, más grave aún es creer en la utopía que un control de precios mejora la condición de vida de los habitantes. Buscamos salidas que no resultaron en ninguna parte del mundo”, expresó.
Al recorrer los principales temas de la agenda, en materia de precios y mercados, Rivara puso en valor el rol de los mercados de futuros y las cámaras arbitrales de las bolsas y se opuso a las creencias que asignan a los precios de los granos la responsabilidad por la inflación en los valores de los alimentos.
“Rechazamos las ideas de desvincular, “desacoplar” -como se suele decir- los precios internos de los internacionales. No sólo producen efectos negativos sobre la producción, adopción de tecnología, crecimiento y hasta posibles desabastecimientos, sino que terminan subsidiando a los ricos, lo que es una de las más atroces consecuencias de estos mecanismos. Está probado que lo más eficaz y equitativo, en caso de ser necesario, es subsidiar la demanda de quienes lo necesiten”, apuntó y agregó que “estadísticas confiables, sistema de precios que reflejen la escasez, confianza en los plazos de pago y el uso de los mercados de futuros y opciones es el virtuoso cóctel para funcionar sin racionamientos”.
Con respecto a las regulaciones y controles sobre los operadores del comercio de granos, “denuncio los graves daños que la AFIP ocasiona a la producción, comercio e ingreso de divisas, tanto al trabar la logística –no permitiendo la emisión de cartas de porte- como al calificarlos “sujetos de alto riesgo” (SISA categoría 3) por supuestos incumplimientos formales, en varios de ellos ajenos a la voluntad del damnificado, vulnerando elementales derechos constitucionales”, puntualizó.
En lo que se refiere a las reglas privadas aplicables a la comercialización de granos, “el pago del 100% del precio en las operaciones de contado con mercadería conforme es un ejemplo claro de las reivindicaciones pendientes”, dijo.
Desde el ángulo de la tecnología en general y la biotecnología en forma particular, “sostenemos nuestro apoyo total a la actividad. La conjunción de necesidades de la demanda con propuestas tecnológicas del lado de la oferta, dan sostén y sustento al avance y aumento de la producción para satisfacer demandas cada vez mayores. Por lo tanto, no tiene sentido la tecnología sobre productos que no sean demandados. El esfuerzo por bajar costos y aumentar la producción necesita de una demanda activa que esté dispuesta a comprar más cantidades”, expresó Rivara y aclaró que el rechazo al trigo HB4 se basa en esos argumentos.
“El agravante es que si por cualquier circunstancia no se cumpliera con protocolos muy estrictos de aislamiento total de las 200.000 toneladas de trigo HB4 que se producirían en esta campaña y se produjera cualquier filtración y contaminación de los trigos convencionales, los perjuicios económicos serían impensados, pudiendo hasta llegar a considerar a nuestro país como un origen no confiable y derrumbarse la demanda”, detalló y manifestó la exigencia de contar con un sistema de garantías a cargo de Bioceres, con suficiente capacidad para resarcir al mercado de los perjuicios que pudiera ocasionar cualquier filtración no deseada. A su vez, dijo que lamentan el acompañamiento irrestricto del Gobierno a esta empresa, sin asumir responsabilidades ante los riesgos.
En su discurso, Rivara también manifestó el apoyo a los mecanismos actuales de contratación libre y tarifas meramente orientativas en el transporte automotor. ”La existencia de un doble arranque discrimina a las plantas de acopio aumentando artificialmente el costo del transporte”, dijo y expresó: “que empresarios del transporte pretendan imponer tarifas obligatorias en un mercado competitivo es de un anacronismo increíble”.
Con referencia al ferrocarril, el titular de los acopiadores dijo que es imprescindible que se regularice la situación de terrenos e instalaciones ferroviarias a los fines de asegurar su plena utilización en la logística de los granos. “El desprecio de las sucesivas autoridades de FFCC a cumplir con la ley perjudica la logística de exportaciones argentinas y ataca el desarrollo de pequeñas localidades en el interior profundo. La escrituración de terrenos donde hace años se construyeron plantas de silos es imprescindible para normalizar una deficiencia de casi 50 años”.
Rivara también destacó el compromiso del acopio con las buenas prácticas agrícolas y recordó el trabajo realizado con el INTI a partir del cual se elaboró un manual orientado especialmente al trabajo en las plantas.
Los mercados
Enrique Erize, de la consultora Nóvitas y uno de los ex presidentes de la Federación de Acopiadores en sus 75 años de historia, compartió algunos datos sobre el mercado de granos.
“Los precios están distorsionados por el intervencionismo estatal en Argentina. La soja subió 53% en un año. Ese intervencionismo altera el proceso de formación de precios”, dijo e interpeló: ¿Las cotizaciones FOB son reales? “El promedio es que Argentina este 20 dólares encima de Chicago, pero este año estuvimos toda la cosecha -20. Suena raro tanto tiempo seguido”, argumentó.
Para Erize, “si hubiera un mercado libre y transparente el precio del trigo podría valer 443 dólares FOB. Pero eso no va a pasar. Tendremos que conformarnos con 370 dólares. ¡Fíjense la distorsión! Quedan 8,5 millones de toneladas sin vender, sobre todo en el Sur”.
El consultor alertó que según el USDA “los stocks estarán en 10.1% en un año. Eso es para tomar nota. El USDA proyecta 49 Mt pero tenemos un año doble Niña. En 2021 la producción fue de 45 Mt, en 2022 podría ser de entre 34 y 39 Mt.”