September 16, 2024

Desde la provincia de San Juan hace 15 años exportan aceite de oliva de alta calidad a mercados como Estados Unidos, Chile, Portugal y Brasil. En una finca sembrada con 500 hectáreas de olivares acaban de concluir una importante inversión para integrar todo el proceso su producción in situ en poco tiempo más. “Va a ser un gran logro para nosotros lograr cerrar este modelo de negocio como lo planificamos desde el comienzo”, contó Guido Pieroni, cofundador de Olivaterra, y contó que van por más:Desde el 2019 comenzamos con la plantación para lograr una producción de pistachos y esperamos en 1 a 2 años comenzar la primera cosecha”.

Olivaterra participó del Congreso de Aapresid (Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa) que se realizó la semana pasada en La Rural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Alli, en charla con Revista Rojo, Pieroni repasó cómo nació Olivaterra.

“Somos tercera generación de productores agrícolas de Corral de Bustos, sur de la provincia de Córdoba y hace unos años, en 2008, 2009, decidimos expandirnos buscando producciones alternativas a las que veníamos haciendo, y encontramos un nuevo modelo de negocio haciendo la producción de aceite de oliva en una zona llamada Sequión, al sur de la provincia de San Juan, contra la precordillera de los Andes”, relató el empresario.

Tras confirmar la presencia de un acuífero, con recarga del deshielo de la precordillera, confirmaron la posibilidad de poder plantar variedades orientadas a la producción de aceite de oliva. “Allí fuimos y comenzamos nuestra aventura. Hoy ya pasaron 15 años, la finca de unas 500 hectáreas está completa, plantada en dos módulos de plantación: uno intensivo, con 700 a 750 plantas por hectárea; y otro súper intensivo, con unas 1600 plantas por hectárea, eso nos da un escalonamiento en cosecha y en producción”, detalló el productor.

Olivaterra cosecha cinco variedades de aceitunas: arbequina, arbosana, picual, coratina y changlot “las cuales varían en su picor y nos da la flexibilidad de producción de blend y de comercialización, abriendo mercados nuevos. Exportamos, envasamos en finca, almacenamos en finca y procesamos en finca. Eso nos da un distintivo, ya que la fruta, desde que sale del árbol, pasa por la almazara y se almacena en pocas horas, logrando un aceite extra virgen de alta calidad”, precisó Pieroni.  

El productor olivícola rememora todo el proceso que culminó con Olivaterra y admite que “tuvimos un cambio grande de cabeza, porque veníamos de producciones extensivas, donde los cultivos, entre el inicio y su cosecha, solo pasan 6 meses. Nuestro modelo cambió cuando llegamos a la producción de aceite de oliva” que demanda de 3 a 5 años para comenzar la primera cosecha y se logra estabilizar a los 6 o 7 años, desde la plantación del plantín.

Hacia el futuro, Olivaterra espera la maduración de un proyecto iniciado en 2019 con la plantación para lograr una producción de pistachos, que es un fruto seco muy preciado en el mundo y “esperemos en cerca de 1 a 2 años para comenzar la primera cosecha”.

Olivaterra espera llegar a la mayor cantidad de gente posible, “aprovechando un cambio cultural en la alimentación que generan una demanda creciente en este tipo de frutos”, concluyó Pieroni.

Informe: Alberto Fernández Souto

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