junio 2, 2025

Las crisis que provocan muerte súbita se cobran millones de vida en el mundo cada año. Pero una desfibrilación dentro de los primeros 3-5 minutos del colapso puede generar tasas de supervivencia del 50-70%, acercándose al 100% en niños. Aquí, un repaso de cómo la tecnología y el factor humano se unen para salvar vidas.

Se estima que cada año, unas 6 millones de personas mueren por paro cardíaco en todo el mundo, y entre el 25% y el 35% de estos casos ocurren en espacios públicos. En Argentina, se estima que hay más de 40.000 muertes súbitas al año, con un 70% de ellas sucediendo fuera de hospitales. Esto habla de cuán importante es la atención inmediata para salvar la mayor cantidad posible de vidas. Para tomar conciencia de este escenario, el 27 de mayo se celebra el Día Mundial de la Medicina de Urgencias y Emergencias, una ocasión para destacar también el papel crucial del equipamiento médico en situaciones límite.

Un ejemplo reciente que llamó la atención fue el de un hombre que sufrió un infarto en una estación de subte y salvó su vida gracias a la rápida intervención de un equipo de emergencia. El Grupo Especial de Asistencia (GEA) aplicó Reanimación Cardiopulmonar (RCP) y utilizó un Desfibrilador Externo Automático (DEA) para restablecer el ritmo cardíaco del paciente, quien fue trasladado a un centro médico.

Los desfibriladores son dispositivos esenciales que utilizan descargas eléctricas para restaurar el ritmo cardíaco normal en casos de paro cardíaco o arritmias peligrosas. Son especialmente eficaces para restablecer un ritmo normal en casos de fibrilación ventricular, la causa más común de paro cardíaco y existen diferentes tipos, como los DEA y los desfibriladores cardioversores implantables (DCI). 

Según destaca Tomás Piqueras, CEO de CSH, la presencia de un equipo de este tipo en lugares públicos como shoppings, cines o playas que permitan una desfibrilación temprana puede salvar vidas. Específicamente, la desfibrilación dentro de los primeros 3-5 minutos del colapso puede generar tasas de supervivencia del 50-70%, acercándose al 100% en niños. El uso de un desfibrilador junto con la RCP puede duplicar o triplicar las tasas de supervivencia.

“La nueva generación de DEA promete una reanimación más rápida, tardando menos de cinco segundos entre el encendido y la descarga”, asegura el ejecutivo. Estos dispositivos son indispensables para ayudar al personal asistencial a responder con confianza y eficiencia y algunos modelos incluso guían al usuario durante todo el proceso de RCP, indicando si recomienda una descarga. Además, son ligeros, livianos y resistentes.

Pero el equipamiento de emergencia va más allá de los desfibriladores, ya que las situaciones límite no son solo cardíacas. Otros exponentes de la tecnología de vanguardia incluyen los ventiladores de transporte para asistir la respiración de pacientes críticos durante su traslado; los monitores multiparamétricos, que vigilan en tiempo real signos vitales como presión arterial, frecuencia cardíaca y saturación de oxígeno; y las incubadoras de traslado para transportar de manera segura a recién nacidos prematuros o críticos. 

Las camillas de traslado también son esenciales, tanto para casos individuales como en situaciones de grandes tragedias. “Todos estos equipos tienen el objetivo de ponerse al servicio del personal de emergencias y urgencias para que puedan salvar vidas”, destaca Piqueras. 

En los últimos 10 a 15 años, el equipamiento para urgencias ha experimentado avances significativos en funcionalidad y portabilidad. Una mejora notable ha sido la reducción en el tamaño y peso de los dispositivos, facilitando su transporte y uso en contextos críticos. Ahora se cuenta con equipos más compactos, multifuncionales y adaptados al entorno prehospitalario.

Un ejemplo destacado de esta evolución es el nuevo cardiodesfibrilador D60, que no solo funciona como desfibrilador y DEA, sino que también integra un monitor multiparamétrico y puede incorporar un transductor de ultrasonido. Está diseñado específicamente para su uso en ambulancias, ofreciendo una solución integral. Otro avance relevante es el ventilador de transporte TV80, un equipo multifunción que brinda soporte ventilatorio y permite incorporar un monitor multiparamétrico, optimizando recursos y tiempos.

Otro de los avances más importantes según el CEO de CSH ha sido la conectividad. “Muchos equipos actuales permiten la transmisión de datos en tiempo real a una central de monitoreo mediante conexiones inalámbricas permitiendo al equipo médico anticiparse y prepararse adecuadamente antes de la llegada del paciente, mejorando significativamente la atención y los tiempos de respuesta”, argumenta.

De cara al futuro, se espera que los equipos sigan evolucionando hacia soluciones aún más integradas, con mayor autonomía energética, la aplicación de inteligencia artificial para el diagnóstico temprano y una conectividad más robusta que permita la interoperabilidad con otros sistemas de salud. La tendencia es clara: dispositivos más inteligentes, portátiles y conectados, orientados a brindar una atención más rápida, precisa y eficiente en contextos críticos.

 

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